Una de las preguntas que recibimos con mucha
frecuencia de parte de los candidatos a un MBA, es ¿Cuándo debo estudiar el
MBA? Aquí nuestra recomendación.
Una vez acabada la carrera, empieza la búsqueda del
trabajo ideal para poder aplicar en el terreno lo aprendido en la universidad,
ya que una cosa es la teoría y otra la realidad de los negocios y el mundo del
trabajo donde sí se toman decisiones.
Muchas veces recibimos la presión de estudiar la
maestría casi de forma inmediata al terminar la carrera, y eso no es
recomendable. ¿Recuerdas cuando tomaste la decisión de estudiar la carrera que
acabas de culminar? Bueno, lo más probable es que hayas tomado esa decisión
cuando tenías entre 15 y 17 años, un adolescente que aún está en el proceso de
identificarse como persona, y sumado a ello, la presión de la familia al ver
que otros compañeros ya eligieron su carrera e incluso ingresaron a la
universidad. Con esto no quiero decir que todos los que tomaron esa decisión se
hayan equivocado, pero ¿si se equivocaron? Una forma de saber si uno eligió la
carrera que a uno le gusta es si cuando estabas en la universidad, disfrutabas
cada clase, la otra es trabajando, es llevando al día día, lo estudiado en la
carrera. Es allí donde uno va descubriendo si su trabajo le apasiona, si siente
que se va realizando profesionalmente, y es precisamente trabajando, que, con
el tiempo, entre unos 4 a 6 años, que se va descubriendo la necesidad de
profundizar los conocimientos, y en eso ayuda mucho la maestría.
Por eso, recomendamos que el MBA que estudie
después de tener entre unos 4 a 6 años de experiencia laboral, de esa manera,
incluso, podrá participar activamente durante las clases, aportando ideas,
soluciones y preguntas que logren respuestas relevantes. De lo contrario, si se
participa en un MBA sin la experiencia mínima requerida, ¿Que vas a aportar si
no tienes experiencia? ¿Te seguirás llenando de teoría? Por otro lado, al tener
los años de experiencia requeridos, sabrás si efectivamente necesitas un MBA o
tal vez una maestría especializada, y esto lo descubrirás solo y exclusivamente
trabajando, con años de experiencia, recorriendo el camino laboral.
No te dejes presionar por tus compañeros de trabajo
que ya estudian una maestría, ni por las escuelas de negocios para que te
matricules hoy, ni por el afán de competir para lograr el puesto directivo
soñado. Ser directivo requiere de mucha responsabilidad y esa responsabilidad
se aprende con la debida experiencia.
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